Pasticcio escorzado

De parodias, imitaciones, música, postmodernismo y diversos temas de interés.

lunes, 11 de mayo de 2009

La sonrisa imborrable

El primer recuerdo vivencial que tengo de la muñeca Barbie es que su sonrisa eterna me perturbaba. En los diferentes escenarios en los que la ubicaba, Barbie no siempre estaba sonriente, a veces pensaba, otras lloraba, cantaba, comía o hablaba pero me parecía antinatural que todo lo que hiciera siempre tuviera una sonrisa. La solución fue sencilla para mí: poner en un algodón un poco de acetona y borrar sus labios; así tendría la posibilidad de dibujar su boca de acuerdo al momento que viviera ¿y los ojos? ellos también me parecían extraños, dormía con los ojos abiertos y siempre tenía el mismo maquillaje. Yo la quería cambiar, después de todo sus creadores siempre la dotaron de vida.

Desde los inicios de la muñeca su creadora, Ruth Handler, pretendía que las niñas vieran en Bárbara Millicent Roberst, es decir en Barbie, un lugar dónde expresar sus más profundos anhelos y sueños como una proyección a futuro. Esto parece congruente con la época en la que fue inventada (1959) puesto que los medios de expresión de las mujeres estaban limitados por los esquemas sociales predominantes y rígidos. Conforme las décadas avanzaron la Barbie fue evolucionando y llegó a ser lo que ninguna otra figura ha logrado ser: Modelo, ama de casa, enfermera, veterinaria, rock star, beisbolista, empresaria, azafata, fotógrafa, jinete, bailarina de todo tipo, músico, policía, princesa, niñera, pediatra, estilista, pintora, jardinera, gimnasta, cantante, doctora, abogada y hasta candidata presidencial.

Contrario a lo que Handler asegura fue el impulso creador de esta muñeca, M. G. Lord señala en su libro Forever Barbie: The Unauthorized Biography of a real doll que la Barbie no es más que "un juguete diseñado por mujeres, para mujeres, que les enseñará a otras mujeres lo que -para bien o para mal- la sociedad espera de ellas. "[1]

Lo que es una realidad es que Barbie ha logrado sobrevivir durante 50 años gracias a su adaptabilidad al momento histórico en turno y su regionalización. Las ocupaciones que ha desempeñado responden a las inquietudes de la época, por ejemplo: en 1965 Barbie ya era astronauta y el hombre aún no llegaba a la Luna; del mismo modo en 1992 fue una candidata presidencial afroamericana, incluso antes de que Barack Obama se vislumbrara en dicho cargo
político. Además su físico ha cambiado paulatinamente para adaptarse a los nuevos estándares sociales que las niñas observan en la vida cotidiana.

Barbie ha sido uno de los personajes icónicos más criticados, incluso más que Madonna, Elton John o Niurka. Comenzando con su físico se puede criticar el severo estereotipo que proyecta a las niñas que juegan con ella. Barbie tiene sólo 29 centímetros de altura, pero si fuera una mujer real sus medidas serían 100 cm de busto, 45 cm de cintura y 80 cm de cadera, con una altura de 1.70 metros de altura y 45 kilos de peso -incluso la báscula de Barbie lleva el lema: nunca más de 50 kilos- ; estás medid
as de inmediato recrean una marcada similitud con una mujer que padece anorexia, por esta razón no es sano que las niñas consideren a Barbie como un ejemplo adecuado para seguir.

Incluso se ha llegado a decir que los patrones que Barbie marca no sólo son físicos, sino también morales y psicológicos, puesto que construye una identidad femenina estereotipada con base en el acatamiento de los mandatos de género, es decir, por medio del juego se les dice a las niñas cómo ser y cómo verse, además de que parece que reproduce un esquema social material en el cual lo perfecto es la única meta que importa para ser exitosa y, en consecuencia, feliz.

A tal grado a llegado la polémica que algunos psicólogos hablan de un "complejo de Barbie", el cual se refiere al hecho de que algunas mujeres que jugaron con estas muñecas, en especial la de los noventa, prefieran ser rubias, delgadas y voluminosas; de igual forma este complejo tiene que ver con desórdenes alimenticios. El caso de Cindy Jackson es un claro ejemplo del complejo de Barbie, puesto que está mujer americana se ha sometido a más de veinte operaciones plásticas con la finalidad de parecerse cada vez más a Barbie.

La cultura Barbie es tan abarcadora que se ha convertido en un ícono de la moda; no es en balde que algunos de los más reconocidos diseñadores de modas* hayan hecho vestidos para ella. Según estadísticas de la empresa Mattel, las ventas de la muñeca se elevan a las 3 600 millones de dólares, ellos calculan que cada segundo se venden dos Barbies en algún lugar del mundo. Pero además de vender a la muñeca se ha hecho toda una industria en torno a ella, puesto que se venden escenarios independientes, vestidos de otras colecciones, accesorios, línea de ropa para niñas, relojes, juegos de mesa, mochilas, autos para niñas, video juegos, accesorios de decoración, estampas, teléfonos celulares, álbumes, películas -17 hasta la fecha-y soundtracks de películas.

La cultura Barbie se ha llevado a un plano de significación tan elevado que incluso se cita en otros productos audiovisuales, por ejemplo la muñeca de Lisa Simpson, Stacy Malibu, es una abierta parodia a la muñeca norteamericana,la muñeca Cynthia de Angélica en las caricaturas Rugrats e incluso la canción de Aqua lanzada en 1997 llamada Barbie Girl.

Al hablar reflexivamente de Barbie y su impacto social no se puede ser más que determinante: estar a favor o en contra. Sin embargo, me parece excesivo que un pedazo de polímero tenga tanta importancia, después de todo es sólo eso: plástico. Los objetos per se no tienen una significación intrínseca, somos los humanos los encargados de dotarlos de algún significado; sin embargo es cierto que durante la niñez la mente se expone con mayor disposición a la información y las impresiones se fijan con más facilidad, entre ellas destaca el deseo de aprender modelos preestablecidos y aprobados por la sociedad; lo que convierte a los padres en los responsables de concientizar a los niños desde un momento temprano y brindarles bases culturales para que ellos puedan, a través de dicho capital cultural adquirido, juzgar la realidad inmediata que presencian. Es importante no sobreestimarlos con ideas como: "son pequeños y no entienden", "después entenderán", etcétera.

A pesar de que ese pedazo de polímero, tela y pintura tenga como resultado una figura deslumbrante, un cuerpo escultural, un peinado perfecto y una sonrisa imborrable como una ecuación de felicidad, siempre existe la posibilidad de que una niña no lo crea y decida utilizar un poco de acetona para mejorar esa felicidad que sólo ella entiende.

[1] Lord M. G. Forever Barbie: The Unauthorized Biography of a real doll . EUA. 1994. 325 págs. "This makes Barbie a toy designed by women for women to teach women what -for better or for worse- is expected of them by society."

* Ralph Laurent, Giorgo Armani, Byront Lars, Carolina Herrera, Anna Sui, Calvin Klein, GAP, Oscar de la Renta, Donna Karan Badgley Mischka, Kate Spade y Christian Dior, entre otros.

1 comentarios:

PLasCK dijo...

www.plasck.blogspot.com

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