Pasticcio escorzado

De parodias, imitaciones, música, postmodernismo y diversos temas de interés.

lunes, 8 de junio de 2009

Flight 666

Flight 666 es más que el recuento fílmico de una gira*, el testimonio de los integrantes de Iron Maiden, viajar 70 mil kilómetros o hacer 23 presentaciones en tan sólo 45 días a lo largo de los cinco continentes existentes, incluso es más que un documental sobre una banda legendaria y que conforma gran parte de la história musical del rock, como tuvo a bien hacer Martin Scorsese en Shine a Light -donde habla de The Rolling Stones- y en No Direction Home -filme que trata sobre la vida de Bob Dylan-, así mismo en documentales como Some Kind Of Monster -donde se infla el ego de los integrantes de Metallica- de Bruce Sinofsky y Joe Berlinger y, por supuesto, End Of Century sobre la historia de The Ramones bajo la dirección de Jim Fields y Michael Gramagli, entre otros.


En Flight 666 observamos la parte humana de cada uno de los integrantes: la gran afición de Bruce Dickinson por los aviones al pilotear el Boeing 757 bautizado coloquialmente como Ed Force One por tener a Edie en el cuerpo del avión y la forma en que Steve Harris involucra a su familia con su trabajo al traer a sus hijas a la gira. A lo largo de la película se nota, como bien señala Rob Smallwood (manager de la banda), que "No lo hacen por dinero aunque ganen dinero, lo hacen porque lo disfrutan con su vida."




La música a través de las escenas es la que logra generar las transiciones a partir del juego de la diégesis/no dieguésis, lo cual habla de la capacidad de montaje y no sólo de edición de los directores.



A propósito de los directores, cabe reconocer el esfuerzo de Sam Dunn y Scot McFadyen, en tanto que es la primera vez que Iron Maiden autoriza que un equipo de filmación de cualquier tipo los acompañe durante toda la gira y en gran medida esto se logró por sus anteriores trabajos: A Headbanger Story (2003) y Globe Metal (2008) ambos documentales encamidos a mostrar un recuento histórico incluyendo los diversos subgéneros del Heavy Metal y las diversas manifestaciones sociales en torno a dicha música, herencia de los estudios antropológicos que posee Scot McFadyen, y que será un elemento retomado de forma constante para desarrollar Flight 666.




Flight 666 brinda a los fanáticos un peso que ningún otro documental musical otorga, en donde los verdaderos protagonistas y creadores de las tomas con carga dramática simbólica la constituyen los tumultos de fanáticos de Iron Maiden en sus diferentes latitudes. Sin embargo, no por ello se olvida la parte biográfica de la banda; más que biográfica me atrevó a decir que se establece un relato íntimo con el road-crew de la gira, mismo que carga a la narración de gran dinamismo puesto que cada uno de los entrevistados se plantea con una caracterización bien definida, además, jocosa [Me da mucha risa esa palabra].



Dentro de los fenómenos sociales que se presentan ante un grupo de Heavy Metal con una trayectoria como la de Iron Maiden se muestra la fundación de una iglesia en Brasil que predica las enseñanzas morales de las canciones a los seguidores de Iron Maiden -muy cagado por cierto-, los múltiples tatuajes como rasgos de identidad y pertenencia con la banda, la exhaltación a la trayectoria de Iron Maiden por parte de personalidades importantes de la música como Tom Morello [RATM/Audioslave], Kerry King [Slayer] y Lars Ulrich [Metallica] a través de entrevistas, la misma realización de un documental como la cuarta generación de un producto cultural sujeto a la comercialización* y, por supuesto, la experiencia comunicativa que se vive dentro de la sala de cine al estar proyectada la película.




En este último punto quiero hacer énfasis. Al entrar en la sala de cine los espetadores acuden con playeras de Iron Maiden, en especial de la gira Somewhere Back in Time, de no ser así acuden con el clásico vestuario metalero: jeans y playera oscura o todo de negro. Ya en las butacas del cine, entre palomitas y refrescos se escuchan silbidos antes de que comience la función, se hacen bromas respecto a la influenza en voz lo suficientemente fuerte para que toda la sala escuche, los espectadores aplauden y gritan "¡Uuuhhh!" cuando las luces se apagan y la música con créditos inicia en una pantalla donde se muestra a los músicos saliendo para iniciar el show... ¡De repente se crea un fenómeno comunicacional como si se estuviera en el concierto nuevamente!



Al final de la película más de uno salimos mareados, pero contentos y coreando Fear of The Dark. El mareo que sentimos es lo único que se le puede criticar de forma deconstructiva al documental: El montaje rítmico es dinámico ya que la música de Iron Maiden lo permite pero se abusa de las tomas y del emplazamiento de la cámara a tal punto que la continuidad intensificada tan exagerada llega a aturdir al espectador. Sin duda es un producto audiovisual que debe revisarse más allá del fanatismo.



* El este caso la gira llamada Somewhere Back in Time.



*Con ello me refiero a que la música de Iron Maiden constituye un producto de consumo en sí mismo, su disco es la segunda generación dentro de la industria cultural a la que se circunscriben, la gira es una tercera y, posteriormente, la realización del documental es una cuarta generación del mismo ciclo de comercialización.




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