Pasticcio escorzado

De parodias, imitaciones, música, postmodernismo y diversos temas de interés.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Por una nación hermana...

Parece increíble pensar que en pleno siglo XIX existen personas que aún padecen de gobiernos autoritarios, de persecuciones constantes, de arrestros arbitrarios, intimidación, tortura, así como negación de las libertades de expresión y de libre tránsito. Todo lo anterior es lo que vive la comunidad saharaui hasta nuestros días.

Un ejemplo de ello es que en mayo de 2005 por falta de resolución a la ocupación marroquí en el Sahara Occidental, miles de saharauis salieron a manifestarse pacíficamente pero fueron reprimidos a golpes y detenidos en la cárcel negra marroquí donde esperan un juicio político por traicionar a un gobierno que no es el suyo.

A pesar de que hace más de 30 años se constituyó como una República democrática, sus vecinos (tanto Marruecos como Argelia y Mauritania) no han permitido que sea un pueblo constituído autodeterminadamente por intereses económicos y políticos. Lo peculiar en este caso es ¿Por qué en la comunidad internacional nunca ha planteado un boicot en contra del gobierno de Marruecos?

Una de las razones es que la vertiente política del conflicto rara vez tiene presencia en los medios de comunicación de todo el mundo, en México por ejemplo es una causa prácticamente desconocida; de aquí la importancia de difundir esta información.

Para entender las implicaciones del conflicto hay que señalar, antes, unos datos:

El desierto del Sahara ocupa una superficie total de 9 millones 65 mil km cuadrados, es decir, más de 3 veces el territorio de México. Es un territorio que se extiende a lo largo de 11 países: Argelia, Túnez, Marruecos, Mauritania, Malí, Níger, Chad, Egipto, Sudán, Libia y, por supuesto, el Sahara Occidental.
Como se observa en el mapa de arriba, el Sahara Occidental se encuentra en la costa del océano Atlántico lo que lo convierte en uno de los países del desierto del Sahara con mayor riqueza natural en el ámbito pesquero con más de 1 000 km de costa; ésta es la principal razón por la que es un territorio en disputa.

El gobierno marroquí es el principal responsable, pero es tan culpable por su intransigencia como lo es el silencio cómplice de países aledaños por los intereses económicos y políticos, que desencadenan violación de derechos humanos en las zonas ocupadas del Sahara Occidental; así como el gobierno español por traficar con armas que le venden a Marruecos para que con ellas reprima al pueblo saharaui.

El Sahara Occidental fue colonia española durante casi 100 años, nombrado el Sahara español, después de que los saharauis fueran timados al firmar un aparente acuerdo pesquero en 1884 que realmente los llevó a ser una provincia española hasta 1976 cuando se constituyó con el nombre de República Árabe Saharaui Democrática después de la marcha pacífica llamada la Marcha Verde.

Hoy es uno de los dieciséis territorios no autónomos bajo la supervisión del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, lo curioso es que cuando se pretende abordar temas sobre el conflicto saharaui la ONU es quien deja de financiar dichos proyectos.

Actualmente Marruecos construyó un muro de defensa marroquí, mejor conocido como el muro de la vergüenza. Este muro es una gran muralla con una longitud de 2, 500 km y protegido por 160 mil soldados armados, tiene 240 baterías de artillería pesada, más de 20 mil km de alambre de púas, miles de vehículos blindados y millones de minas antipersonas, prohibidas todas ellas por protecciones internacionales, que lo único que ha provocado es dividir a un pueblo completo. Este crimen contra la humanidad dio inicio desde 1980 y ha cobrado muchas vidas saharauis en uno y otro lado del muro.

Con la partida de los hombres al frente de guerra, la mujer saharaui ha desempeñado un papel importante en la creación de las estructras política y administrativa de la República Árabe Saharaui Democrática, así como en los sectores de salud, educación y producción económica.

La lucha de liberación, que exigía la mobilización general, ha hecho de la mujer saharaui la base de su organización, y la población misma les reconoce su fortaleza tan necesaria para resistir las extremas condiciones del exhilio con tormentas de arena constantes, con la reutilización de materiales para la construcción del patrimonio donde incluso no hay desechos que utilizar, en medio de un lugar donde no hay ingresos monetarios por un trabajo que, además, es excesivo y por proclamar los principios de una comunidad democrática única, pues justo ahí -donde no hay absolutamente nada- es donde crece con mayor intensidad el sentido humanitario.

Más de una de estas condiciones nos hace pensar en lo que viven los pueblos indígenas en nuestro territorio y es aquí donde cabe señalar que la lucha o adhesión a una causa no suple a la otra.

El Sahara Occidental es una nación hermana de México; a los mexicanos nos une la causa saharaui a partir de los principios de autodeterminación e independencia que nos dieron origen y sentido como nación, además del idioma -pues los saharauis son los únicos árabes que tienen como lengua madre una lengua hispana por haber sido colonia española-, la misma colonización española, la intervención francesa y últimamente la amenaza de la construcción de un muro que en el territorio saharaui ya existe y que divide a miles de familias.

México fue una de las primeras naciones que reconoció el Estado Saharaui desde 1979 basándose en la Doctrina Estrada, apoyando así la voluntad de este pueblo para lograr la soberanía de su territorio.

Los logros diplomáticos para este territorio son muy grandes, por más pequeños que parezcan como por ejemplo el otorgado por la Asociación de Derechos Humanos de España que concedió el premio de los derechos humanos al frente polisario en el 2005 por su trabajo político y de resistencia permanente a lo largo de 33 años en favor del derecho de autodeterminación de un pueblo colonizado, pero este reconocimiento sólo se dio a través de una carta dirigida al presidente de la RASD, Mohamed Abdelaziz.

La República Árabe Saharaui Democrática está amparada ante una amplia red internacional de solidaridad. Cada año un comite de asociaciones de apoyo de todas partes realizan acciones encaminadas a brindar ayuda humanitaria, aunque también se dan a la tarea de informar, comunicar y ejercer presión en el terreno político para que la comunidad internacional apoye a la solución definitiva del conflicto.

Como puede usted ver, querido lector, hay mucho por hacer y conocer entorno a este conflicto armado que lleva más de 30 años y del cual muy poco nos hemos enterado, por lo que los invito a acercarse a la Asociación Mexicana de Amistad con la República Árabe Saharaui para que conozcan más sobre este interesante tema:

www.embajadasaharauimexico.org

2 comentarios:

Warg dijo...

Increible la desinformacion de los medios. Hay cosas como esta que ingnoramos por completo, pero gracias a gente como ustéd y a la libertad del internet, cada dia podemos saber y refelxionar sobre cosas que ni siquiera imaginábamos. Eres una exelente comunicadora. Saludos.

Warg

carlos sánchez dijo...

"Quintacolumnistas", "renegados" y "traidores". Así les llaman a los independistas saharauis, y luego los condenan a pena de muerte. Porque sí. Por colaborar con "el enemigo", dicen.
Buen post, Alejandre. Si tienes tiempo y ganas, mírate esto:http://www.elpais.com/articulo/internacional/independentistas/saharauis/enfrentan/posible/pena/muerte/elpepiint/20091018elpepiint_8/Tes
Saludito,
c

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